Introducción. Permisos y licencias de conducción.
Para poder conducir un vehículo de motor o ciclomotor con garantías de seguridad es necesario estar en posesión de una autorización administrativa.
Con el objetivo de habilitar a los conductores para que puedan conducir por las vías públicas sus vehículos, previa verificación de que los conductores reúnan los requisitos psicofísicos de capacidad, conocimientos y habilidades necesarias para conducir el vehículo de que se trate (Tráfico D. G., 2021).
Requiisitos básicos para conducir un vehículo con seguridad:
Imagen 1. Fuente: elaboración propia a partir de (Tráfico D. G., 2021)
El artículo 61 del Real Decreto Legislativo 6/2015, de 30 de octubre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley sobre Tráfico, Circulación de vehículos a Motor y Seguridad vial establece estos requisitos y el Reglamento General de Conductores los desarrolla.
Según se
desprende de lo que establece la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a
Motor y Seguridad Vial y el Reglamento General de Conductores circular con un
vehículo por las vías a las que se aplica esta ley y sus reglamentos no es un
derecho salvo, que los conductores cuenten con la habilitación administrativa
correspondiente.
Para poder obtener el correspondiente permiso o licencia de conducir es necesario que los conductores reúnan una serie de aptitudes psicofísicas, que deberá de mantener durante todo el periodo de vigencia. Siendo la Jefatura Provincial de Tráfico que corresponda la que expedirá el nuevo permiso o licencia de conducir.
Existen dos grupos de conductores, estos son (Europea, 2006):
- Grupo 1 que comprende a los titulares o solicitantes de obtención o prórroga de licencia o permisos de las clases: AM, A1, A2, A, B, B+E.
- Grupo 2 que comprende a los titulares o solicitantes de obtención o prórroga de permiso de conducción de las clases: C, C+E, D1, D1+E, D o D+E.
En el grupo 2 se encuentran los profesores de formación vial, los conductores profesionales y los conductores de cualquier clase de vehículo que se dediquen al transporte de mercancías peligrosas.
Tanto los permisos y licencias de conducir tienen un periodo de vigencia que va a depender del tipo de autorización administrativa y la edad de su titular.
Esta vigencia podrá reducirse si al tiempo de la concesión de permiso o la licencia se comprueba que el titular padecer enfermedad o deficiencia.
La vigencia de los permisos de licencias de conducción estará condicionada a que su titular mantenga los requisitos para su otorgamiento, es decir, el titular debe de conservar las aptitudes psicofísicas (Tráfico M. d.-D., 2021).
A continuación, vamos a estudiar y analizar algunos factores que pueden afectar a la conducción y que forman parte de la salud vial. Requisitos psicofísicos necesarios para una conducción segura.
También, hemos añadido algunos conceptos que integran la seguridad vial, cono es la prevención de riesgos laborales, la conducción eficiente y la contaminación atmosférica y aunque no hablemos de ella también la acústica. Por qué como desarrollaremos más adelante seguridad vial es sinónimo de salud vial.
El alcohol.
Muchos estudios avalan la siguiente afirmación: "la conducción y el consumo de alcohol son incompatibles, un riesgo para la seguridad vial y una preocupación para toda la sociedad". Pero, durante muchos años beber y conducir estaba bien visto y algunos jueces se resistían a sancionar estas conductas y así se publicitaba en algunos medios de comunicación.
Imagen 2. Anuncio de una marca de coñac. Fuente: (https://i.pinimg.com/originals/0e/87/ff/0e87fff3eae134315e54043e301cd713.jpg)
El alcohol es una droga legal y su uso está extendido en nuestra sociedad formando parte de nuestra cultura, siendo la sustancia más consumida en España, según (Tráfico D. G., Cuestiones de Seguridad Vial, 2018):
Según datos de la Encuesta Domiciliaria sobre Abuso de Drogas realizada por el Observatorio Español sobre Drogas (OED), en cuanto a la prevalencia de consumo de drogas en los últimos 30 días en la población de 15 a 64 años, el alcohol sigue siendo la sustancia más consumida entre los españoles (60%), seguida del tabaco con casi un 40%.
Los hombres beben más que las mujeres, y los jóvenes se inician en el consumo entre los 14 años y se bebe más en vísperas de festivos y festivos.
Según la organización Mundial de la Salud (OMS) citado por (Tráfico 2018) droga es:
Toda sustancia que introducida en un organismo vivo por cualquier vía (inhalación, ingestión, intramuscular, endovenosa, etc.), es capaz de actuar sobre el sistema nervioso central provocando una alteración física y/o psicológica, la experimentación de nuevas sensaciones o la modificación de un estado psíquico, es decir, capaz de cambiar el comportamiento de la persona, y que además posee la capacidad de generar dependencia y tolerancia en sus consumidores.
Según esta definición, se consideran drogas el alcohol y el tabaco que son capaces de producir alteraciones psicofísicas, aquí también incluimos a los medicamentos psicotrópicos.
Alcohol que está presente en los accidentes mortales de tráfico entre un 30% y un 50% es decir, el factor humano es el desencadenante de los siniestros viales, triplicando las posibilidades de estos.
Desde la Criminología debemos responder a la siguiente pregunta: ¿por qué las personas beben y conducen?
El alcohol forma parte de nuestra cultura, lo mismo ocurre con algunas drogas ilegales como el hachís o la marihuana que está aumentando su consumo exponencialmente sobre todo en los conductores más vulnerables, los jóvenes. El problema radica en que consumir determinadas sustancias y conducir son conductas habituales.
El alcohol produce graves problemas personales sociales y de salud, altera las capacidades psicofísicas para conducir y en consecuencia las lesiones después de un accidente son mucho más graves. Una droga psicoactiva, un euforizante que provoca desinhibición conductual. Bajo sus efectos se pueden tomar decisiones agresivas y violentas, infravalorándose el riesgo (Álvarez, 2019).
Efectos del alcohol sobre el conductor:
Imagen 3. Fuente: elaboración propia a partir de (Álvarez, 2019).
El problema de alcohol reside en que muchas veces se bebe y se conduce y no ocurre ningún accidente, forma parte de la conducta del conductor, es lo que se conoce como "incidentes durante la conducción", aquellos sucesos que no dan lugar a la producción de un accidente, pero que aumenta las posibilidades de ello. Se acepta progresivamente el riesgo y esta conducta se vuelve habitual. El conductor cree que controla al vehículo y a la vía aumentando las posibilidades de que ocurra el siniestro.
Hay una relación directa entre los incidentes que no llegan a finalizar en accidente y los accidentes, es decir si existen los incidentes como consumir alcohol o drogas ocasionalmente o ser bebedor social aumentan las posibilidades de tener un accidente de tráfico.
A medida que ascendemos en la pirámide de Hyden se van acumulando los incidentes hasta el grado máximo del dependiente del alcohol o las drogas que tendrá con toda posibilidad un accidente de tráfico.
Imagen 4. Adaptación Pirámide de Hyden, alcohol y drogas. Fuente: (Intras, 2004).
La formación en materia de prevención vial es la mejor solución. La formación inicial y continua de todos los conductores, algo que solo se realiza para un sector muy limitado de conductores como son: los que se dedican al transporte de mercancías en vehículos de más de 3.500 kg (camión) y el transporte de viajeros de más de 9 plazas incluido el conductor (autobús) así como al transporte de mercancías peligrosas en cualquier tipo de vehículo destinado a ese fin.
Y es aquí donde el criminólogo debe intervenir para explicar a los conductores las causas por las que una persona bebe y conduce o comete alguna conducta antisocial.
El objetivo es que los conductores sean conscientes de los riesgos que supone conducir bajo los efectos del alcohol y desarrollen conductas seguras. Es la formación la principal solución al problema.
Los responsables en materia de formación son conscientes de ello y se han adoptado medidas educativas que no han culminado sus objetivos. Si bien es cierto que se han reducido considerablemente estas conductas, ha sido básicamente gracias a la persecución policial.
Drogas de abuso.
El Reglamento de Circulación de 16 de junio de 1926 Artículo 5 c) 1º, decía lo siguiente: "nada de alcoholismo ni otras toxicomanías", "siempre que sea sorprendido un conductor en estado de embriaguez conduciendo su vehículo se le retirara el permiso por un mes, si reincide en la falta, por tres y la segunda reincidencia, de un modo definitivo".
Años más tarde se aprueba la Ley del Automóvil de 1950. Ley de contenido penal que ya sancionada en su artículo 1, "la conducción de un vehículo motor bajo la influencia de bebidas alcohólicas, drogas tóxicas o estupefacientes que le coloque en un estado de incapacidad para realizarlo".
Así el Código Penal actual en su artículo 379.2 establece lo siguiente:
· (...), será castigado con la pena de prisión de tres a seis meses o con la de multa de seis a doce meses o con la de trabajos en beneficio de la comunidad de treinta y uno a noventa días, y, en cualquier caso, con la de privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por tiempo superior a uno y hasta cuatro años.
· Con las mismas penas será castigado el que condujere un vehículo de motor o ciclomotor bajo la influencia de drogas tóxicas, estupefacientes, sustancias psicotrópicas o de bebidas alcohólicas. En todo caso será condenado con dichas penas el que condujere con una tasa de alcohol en aire espirado superior a 0,60.
Reducir los accidentes de tráfico y la conducción bajo los efectos del alcohol y las drogas será un reto sin duda para la sociedad y para la Criminología, especialmente ante la llegada inminente del futuro presente y la tecnificación del automóvil (los vehículos autónomos) en una sociedad en constante cambio. Cambios que superarán con creces los que se produjeron con la revolución industrial.
Sin dudas, las drogas tienen un gran impacto en la seguridad vial porque alteran el estado psicofísico del conductor aumentando las posibilidades de tener un accidente. "El 10% de los accidentes de mayor gravedad, están relacionados con el consumo a de algún tipo de sustancias. Las drogas más consumidas en España son: el cannabis, la cocaína y el éxtasis" (Tráfico, 2018).
En los últimos años, se ha incrementado los controles de alcoholemia y de drogas, aumentado los resultados positivos en carretera, siendo estos más frecuentes entre jóvenes entre 18-19 años. Aunque con una tendencia descendente de positivos con respecto al año 2018, descenso que podría deberse a la sensibilización y concienciación, pero también al aumento de la persecución policial.
A Continuación, podemos ver un cuadro explicativo de los efectos de las drogas sobre el estado psicofísico de los conductores de vehículos.
Imagen 5. Fuente: elaboración propia a partir del manual Cuestiones de Seguridad Vial (Tráfico D. G., 2020).
La enfermedad y los farmacos.
Muchos problemas de salud requieren un tratamiento médico y farmacológico. En algunos casos estos problemas de salud van a disminuir las capacidades psicofísicas para conducir, convirtiéndose en un factor de riesgo para la conducción,la salud y la seguridad vial. Muchos de los medicamentos presentan efectos secundarios sobre el organismo que hay que conocer (Álvarez, 2019).
Imagen 6. Fuente: https://pastisset.blogspot.com/2009/02/las-pequenas-ayudas-del- botiquin-de.html Anuncio de los años 70-80. Medicamento para adelgazar que contenía anfetaminas. Así se anunciaba en los periódicos.
El Reglamento General de Conductores (Anexo IV) establece las aptitudes psicofísicas requeridas para obtener o prorrogar la vigencia del permiso o de la licencia de conducción como: capacidad visual y auditiva, sistema cardiovascular, trastornos hematológicos, entre otros requisitos.
Sí se ha sufrido un ictus abra que esperar unos meses para poder conducir con seguridad.
Cuidado con las hipoglucemias, ya que el conductor puede perder la consciencia por una bajada de glucosa.
También se debe evitar conducir cuando se padece un cáncer y se encuentra el conductor bajo tratamiento médico.
Precaución con los estados depresivos, "la depresión[1]" es un factor de riesgo para la conducción y la seguridad vial.
Hay que buscar alternativas de movilidad como el transporte público, la familia, los amigos (Álvarez, 2019).
La artrosis, las fracturas de huesos, la cirrosis o personas con dependencia a alguna sustancia como las drogas o el alcohol, limitan las capacidades para conducir. Tampoco se debe hacer con problemas cardiacos, ya que el conductor está expuesto a situaciones de tráfico estresante que pueden generar excesiva tensión y dar lugar a accidentes. (Álvarez, 2019).
En general todas las enfermedades pueden limitar nuestra movilidad y alterar nuestras capacidades para conducir, lo mejor es consultar al médico y hasta entonces abstenerse de conducir.
Los medicamentos.
Los datos del Ministerio Sanidad, Consumo y Bienestar Social de España confirman que casi el 15% de la población española ha tenido alguna enfermedad, dolor o síntoma en dos semanas previas a la encuesta que ha limitado su actividad física y en consecuencia sus aptitudes para conducir un vehículo (Tráfico, 2018).
Si nos centramos solo en los fármacos aproximadamente y según la fuente antes citada la mitad de la población afirma haber consumido algún tipo de medicamento. En Europa se estima que el 15% de los conductores circula en algún momento bajo la influencia de los fármacos, por lo tanto, el riesgo de verse implicados en un siniestro aumenta considerablemente.
Muchos de los medicamentos que se toman son tranquilizantes, ansiolíticos y antidepresivos. En España alrededor del 17%[1], según la fuente citada son consumidores habituales de medicamentos de manera crónica y el 61% toman más de un medicamento a la vez.
Durante la pandemia de la Covid-19, se ha disparado el consumo de psicofármacos, alrededor de un 20%. Pero poca importancia se le da al hecho de conducir bajo la acción de determinados fármacos y es que la conducción puede ser peligrosa.
A continuación, se muestran algunas enfermedades y sus efectos sobre la conducción de un vehículo:
Imagen 7, 8, 9.. Fuente: Elaboración propia a partir del Manual Cuestiones de Seguridad Vial (Tráfico D. G., 2020).
[1] Ha habido un gran aumento de las ventas de psicofármacos, cerca del 20% durante la Pandemia de la Covid-19.
También hay medicamentos que pueden alterar nuestras habilidades para conducir un vehículo y producir deficiencias visuales, nerviosismo, ansiedad, somnolencia, aumento del tiempo de reacción, estableciéndose tres categorías en función de sus efectos (Tráfico D. G., 2020):
Categoría I. En principio son seguros, pero pueden producir efectos moderados sobre la capacidad de conducir. Sus efectos serían equivalentes a una alcoholemia de hasta 0,2 g/l.
Categoría II. Pueden producir efectos intensos para la conducción de vehículos. Sus efectos serían equivalentes a una alcoholemia de entre 0,2 g/l y 0,5 g/l.
Categoría III. Pueden producir efectos muy severos, potencialmente peligrosos para conducir con seguridad. Sus efectos serían equivalentes a una alcoholemia de más de 0,5 g/l.
Hay fármacos que llevan este símbolo, que indica que su ingesta puede afectar a la conducción.
Imagen 10. Fuente: (Tráfico, 2018).
También los psicofármacos pueden tener efectos sobre la seguridad vial y la conducción, ya que actúan sobre las funciones del sistema nervioso central. Aquí destacamos por su importancia los siguientes:
- Ansiolíticos.
- Sedantes.
- Hipnóticos.
- Antidepresivos.
- Neurolépticos.
- Psico-estimulantes.
Tabla 2. Algunos fármacos y sus efectos sobre el conductor. Fuente: elaboración propia a partir de (Tráfico, 2018).
Siempre que se esté bajo tratamiento médico, se deberá consultar con este o con el farmacéutico si se va a conducir un vehículo, porque los medicamentos pueden provocar efectos secundarios en algunas personas que mermen sus capacidades para conducir.
En general ¿Cuándo se dejará de conducir?
- Cuando aumente el tiempo de reacción.
- Consejo de los familiares.
- De noche.
- En situaciones de tráfico conflictivas.
- En condiciones meteorológicas desfavorables.
- Cuando se sufran enfermedades limitantes para la conducción.
- Por consejo del médico.
- Cuando se tomen medicamentos que lleven el símbolo de la imagen 9.ç.
El sueño es el factor de riesgo más asociado a los siniestros de viales. Podemos afirmar que es el mayor enemigo del conductor junto con el alcohol, las distracciones y los excesos de velocidad y aunque estos factores de riesgo aún permiten un cierto manejo del vehículo, no ocurre lo mismo con el sueño, sobre el que no podemos dominar sus efectos mientras conducimos.
Por eso el sueño está detrás de numerosos accidentes con resultados muy graves para las víctimas, muchos de ellos por salida de la vía, es lo que se conoce con el nombre de "accidente en solitario", en los que no se observan huellas de frenado y si existen son previas al accidente.
Imagen 11. Fuente: elaboración propia a partir de la bibliografía.
Conducir es una tarea compleja que requiere un perfecto estado de atención. El sueño altera las capacidades psicofísicas como sí se condujese bajo los efectos del alcohol.
Los accidentes mayoritariamente se producen por la noche entre las 03:00 horas y las 05:00 de la mañana, aunque hay numerosos accidentes diurnos, y especialmente críticas son las horas después de comer entre las 14:00 horas y las 16:00 horas.
Otras causas de la aparición de la somnolencia son: no dormir por la noche las horas necesarias, alteraciones del sueño o trastornos que muchas veces son desconocidos por el conductor y que no son diagnosticados a tiempo como es el síndrome de Apnea-hipopneas del sueño.
Es un problema de salud más común de lo que pensamos y muchos conductores sufren esta enfermedad y que consiste en interrupciones de la respiración durante el sueño nocturno seguidas de ronquidos, es decir, las paredes de la laringe se quedan bloqueadas, el enfermo no se da cuenta generalmente de estas interrupciones de la respiración y es por la mañana cuando realiza sus labores profesionales cuando aparece el sueño y los micro sueños.
Si el conductor no descansa por la noche es muy probable que se quede dormido al volante con el consiguiente peligro para la seguridad vial.
Imagen 12. Fuente: elaboración propia a partir de (Tráfico D. G., 2020).
¿Cómo afecta la somnolencia los conductores?:
· Aumenta el tiempo de reacción.
· Aumento de las distracciones.
· Dificultades para procesar la información.
· Alteraciones visuales.
· Alteración de la percepción.
· Aparición de los micro sueños.
· Agresividad.
· Toma de decisiones erróneas.
La Fatiga.
La fatiga es otro enemigo del conductor, ya que favorece la aparición de la somnolencia. Hay que diferenciar la fatiga de la somnolencia que son fenómenos diferentes," la somnolencia es la sensación de la necesidad de dormir bien, la fatiga, es en general una falta de energía y de motivación, una sensación de agotamiento y cansancio" (Álvarez, 2019).
Pero la fatiga y la somnolencia se presentan juntas, primero aparece la fatiga y después la somnolencia. Es el cuarto factor de riego de siniestralidad vial.
Poco a poco el conductor pierde la capacidad para reaccionar y responder adecuadamente ante los eventos del tráfico.
Imagen 13. Fuente: elaboración propia.
Factores que facilitan la aparición de la fatiga:
- Conducir durante muchas horas sin descansar.
- Conducir por carreteras muy saturadas de vehículos.
- Conducir con lluvia, con nieve, o conducir un vehículo con un mal diseño ergonómico del vehiculo.
- El estado emocional y motivacional del conductor.
- Los problemas personales.
- El estrés.
- Conducir por vías conocidas.
- Retenciones.
- Cumplimiento de horarios.
- El hambre o la sed.
- Variaciones del ritmo de vida.
- La depresión.
- Enfermedades.
- Comidas copiosas.
Fuente: (Tráfico D. G., 2020).
Es muy fácil que bajo este estado el conductor tome decisiones erróneas. Y al igual que ocurre con el sueño el tiempo de reacción aumentará.
Para evitar la fatiga se recomienda parar el vehículo y descansar, parar cada 200 kilómetros o cada dos o tres horas.
La fatiga puede convertirse en crónica y favorecer la aparición de enfermedades. Podemos decir que la fatiga es la antesala del sueño, el organismo necesita descansar.
Hay tres fases:
- Fase de alarma.
- Fase de resistencia.
- Fase crítica.
El estrés
El estrés es la enfermedad del siglo XXI. Vivimos en un mundo muy exigente que demanda de nosotros gran cantidad de recursos psicofísicos
. El trabajo, la familia, los horarios, factores que van a influir indudablemente en la manera de conducir y el aumento de las tasas de accidentes y el desencadenante de algunas enfermedades.
Como la fatiga tiene tres fases la fase de alarma, fase de resistencia y la fase de agotamiento. En todas ellas y especialmente en la fase de agotamiento las capacidades psicofísicas para conducir se van a ver alteradas pudiendo aumentar la siniestralidad vial.
¿Cómo evitar el estrés?:
Imagen 14. Fuente: elaboración propia a partir de la bibliografía.
Seguridad vial laboral. Prevención de riesgos laborales.
La seguridad vial se encuentra presente en muchos ámbitos de nuestra vida y es objeto de estudio de la Criminología vial, ocupando nuestra forma de vida.
Está presente en nuestro ocio, forma parte de nuestro medio de transporte, de nuestro derecho a la libertad de movimientos.
Por lo tanto, la seguridad vial y las normas de tráfico deben ser conocidas por todos los usuarios de las vías públicas, desde la infancia hasta la edad adulta y en los lugares de trabajo.
Podemos definir la seguridad vial: "como el normal desarrollo del tráfico rodado dentro de la corriente circulatoria del tráfico por carretera. Es decir, donde no se producen ningún incidente, y de producirse no termina en accidente de circulación con daños a las personas y a los bienes. Contiene tanto elementos de control social tanto formal como informal, infraestructuras viarias, ingeniería y la participación del factor humano elemento principal para garantizar la seguridad vial".
Seguridad vial es sinónimo de salud vial, ambos conceptos son inseparables y se complementan, si no hay salud vial no hay seguridad vial y viceversa.
salud vial se encarga de estudiar y analizar todos aquellos factores que puedan afectar a la seguridad vial, también factores relativos a las actitudes psicofísicas del conductor.
La Dirección General de Tráfico, define la educación vial: "como parte de la educación social, ya que trata de crear hábitos y actitudes positivas de convivencia de calidad de vida, calidad medioambiental y seguridad vial" (Pérez, 2016).
Corresponde a los poderes públicos promover todas las condiciones necesarias para garantizar la seguridad y salud vial de todos los ciudadanos, no solo en su vida diaria, sino también en el trabajo. Y corresponde a los empresarios materializar las condiciones para garantizar la salud y seguridad vial de sus empleados.
La seguridad vial en el trabajo es un tema imprescindible para las empresas, ya que todos los trabajadores tienen que desplazarse a su lugar de trabajo desde su domicilio o viceversa. Por ello los empresarios tienen la obligación de formar a sus trabajadores en materia de salud y seguridad vial.
La ley 31/1995 de prevención de Riesgos Laborales dice lo siguiente: "las empresas deben velar por la seguridad de los trabajadores garantizando su seguridad y salud en todos los aspectos relacionados con el trabajo", por lo tanto, también en materia de seguridad vial, porque el tráfico también es un riesgo laboral.
Podemos definir como accidente de circulación como: "aquel que se produce en una vía pública, es decir aquellas vías donde son de aplicación los preceptos de la Legislación sobre Tráfico Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial. En el que se encuentra implicado al menos un vehículo en movimiento".
Y accidente laboral de tráfico, "como toda lesión corporal que puede sufrir un trabajador con ocasión de su trabajo, accidente en misión, o en el trayecto hacia su lugar de trabajo o viceversa, accidente in itinere".
Es necesario distinguir dos grupos de trabajadores, por un lado, aquellos trabajadores cuya actividad principal es el trasporte de mercancías o de viajeros y aquellos que se desplazan de su domicilio al trabajo o viceversa. También los primeros se desplazarán a su domicilio una vez que hayan finalizado su actividad laboral y hayan dejado el vehículo industrial en el lugar de aparcamiento o al comenzar su actividad laboral.
Los primeros, es decir aquellos que se dedican al trasporte de mercancías de más de 3.500 kg o de viajeros de más de 9 plazas incluidos el conductor, al tiempo que obtienen el permiso de conducir correspondiente tienen la obligación de realizar un curso adicional formativo, denominado Certificado Aptitud Profesional de una duración de 140 horas (CAP inicial) y cada cinco años tiene la obligación de asistir a cursos de reciclaje y de actualización de conocimientos una duración de 35 horas (CAP formación continua).
En consecuencia, todos los trabajadores tienen que asistir a los cursos de prevención de riesgos laborales y en ellos se debe incluir materias relacionadas con la salud y la seguridad vial. Obligaciones que el empresario tiene con carácter general, así como elaborar planes de prevención de riesgos laborales y de movilidad para todos sus trabajadores, con la intervención de criminólogos, psicólogos, profesionales sanitarios y profesores de formación vial.
Alimentación y conducción.
La alimentación también forma parte de la salud vial y de la seguridad vial. Si bien conducir con sueño y fatiga puede suponer un riesgo para todos los usuarios de la vía, este riesgo existe si el conductor no sigue una dieta saludable.
Es muy importante prescindir de tomar bebidas alcohólicas y también deberíamos de incluir el exceso de comida cuando se va a concluir.
No es aconsejable también conducir con hambre, ya que los niveles de glucosa (hipoglucemia) pueden descender peligrosamente produciendo mareos y hasta perdida de conciencia y no podremos responder ante una situación que se plantee. Pero también puede ser muy peligroso conducir después de una comida copiosa porque puede producir somnolencia (Tráfico M. d., 2014).
Entre el 70-90% de los accidentes de tráfico son consecuencia de fallos humanos. Muchos de estos errores se podrían haber evitado. Tenemos una responsabilidad muy importante cuando conducimos un vehículo con nosotros y con los demás conductores y usuarios de las vías públicas. Pensemos en el coste humano de los accidentes de tráfico.
Factores, como el sueño, la fatiga, no son valorados adecuadamente por los conductores, lo mismo ocurre con el alcohol incluso con la alimentación. Un tema muy significativo y que debemos cuidar. La Dirección General de Tráfico ha lanzado campañas para formar e informar nutricionalmente a los conductores.
Más abajo se muestra algunos consejos sobre alimentación que deben seguir los conductores antes de iniciar un viaje.
Y especial atención merece la alimentación de los conductores profesionales, ya que pasan la mayor parte de su jornada laboral sentados en un vehículo, lo que puede propiciar la aparición de algunas enfermedades cardiovasculares.
Imagen 15. Fuente: elaboración propia.
Imagen 16. Fuente: elaboración propia a partir de (Tráfico D. G., Normativa por la que se regulan los permisos de conducción, usus clases y las pruebas de aptitud a realizar para su obtención., 2018) (Tráfico D. G., 2020).
Salud Vial. El vehículo.
El conocimiento de nuestro vehículo también forma parte de la salud vial para circular con seguridad y garantizar la seguridad vial. Antes de iniciar un viaje sobre todo cuando se trate de un viaje largo debemos de hacer una serie de comprobaciones, pensemos que ocurriría si tenemos que detenernos por avería de noche en una autovía y no disponemos del chaleco reflectante.
Hay que realizar una serie de comprobaciones previas antes de comenzar un viaje, creando un hábito que no se olvidara durante nuestra vida como conductor.
Recomendaciones antes de comenzar el viaje:
Imagen 17. Fuente: elaboración propia.
Una vez realizadas las revisiones exteriores, comenzaremos con las interiores. Se debe comprobar el nivel de los líquidos, bien desde el puesto de conducción si tiene el vehículo los indicadores necesarios, o bien directamente levantado el capó del motor.
Estas son las comprobaciones que deberemos hacer:
• El nivel del líquido de los frenos.
• El nivel del líquido refrigerante.
• El nivel del aceite.
• El nivel del depósito de la gasolina.
También se deberá comprobar la buena colocación del equipaje en el maletero o en el portaequipajes y que todos los pasajeros lleven puesto el cinturón de seguridad, que las puertas están cerradas, los retrovisores están bien ajustados y los niños en sus sillas de seguridad, bien reglado el asiento del conductor y reposacabezas según las indicaciones que nos da tráfico.
El cinturón de seguridad debe colocarse:
"Pasando entre las espinas ilíacas para ser efectiva. La parte superior de la cinta debe situarse entre el cuello y el hombro (nunca en el cuello) la banda debe situarse en el centro del pecho y la parte inferior de la cinta debe de apoyar sobre las caderas por debajo del abdomen nunca por encima de él. En las embarazadas esta banda debe colocarse en la raíz de los muslos para evitar desgarros y traumatismos uterinos y fetales" (Tráfico, 2018).
Hay conductores que no utilizan el cinturón de seguridad porque su vehículo va equipado con airbag, pues bien, si no se lleva puesto el cinturón de seguridad las lesiones que pueden producirse por el impacto directo de la bolsa de aire contra el rostro pueden ser muy graves, desde quemaduras hasta pérdida de algún ojo.
También hay que evitar cruzar las manos para girar el volante porque la tendencia es girar el volante segundo antes de tener el accidente por lo que airbag se inflará y el conductor sufrirá lesiones en la cara, en la boca, en la nariz producidas por sus propios brazos o por auto mordeduras [1].
Imagen 1.8 Fuente: elaboración propia.
Salud Vial Conducción eficiente.
Desde hace varios años hay interés en concienciar a todos los conductores del beneficio que supone la conducción eficiente, con ello vamos a conseguir varias cosas:
- Un ahorro importante de combustible.
- Menos contaminación.
- Aumento de la seguridad vial y menos accidentes de tráfico.
Desde hace varios años España y Europa preocupados por la contaminación y por la escasez de los recursos naturales, en especial los combustibles fósiles, se está impulsando por parte del Ministerio de Fomento, el Ministerio de Industria Turismo y Comercio y en colaboración con el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía una serie de cursos de conducción eficiente destinados a todos los conductores tanto profesionales como no profesionales, con el objetivo de promover la cultura de la eficiencia energética en el transporte.
1] Cuando se tiene un accidente, instantes antes el conductor sorprendido abre la boca, por eso si el airbag golpea sus brazos puede morderse y causarse lesiones muy graves. Solo giraremos el volante cuando vallamos a estacionar.
Claves para una conducción eficiente:
Imagen 19: Fuente: elaboración propia a partir de la Bibliografía.
Bibliografía
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